sábado, 30 de junio de 2012






LA CRUZ DE LA INFAMIA (PARQUE PRINCIPAL DE MIRAFLORES, BOYACÁ





Este monumento, fue construido en la plaza principal de Miraflores, por orden del Coronel del ejército de Colombia Daniel Cuervo Araoz, a principio del año 1953, durante el gobierno de Laureano Gómez, en el momento más brutal de la violencia.  En memoria de los soldados caídos en combate contra el movimiento guerrillero comandado por los hermanos Bautista. Tenía una altura aproximada de seis (6) metros, construida en concreto y revestida con lajas de piedra de color amarillo. Los habitantes de la región del Lengupá, en su mayoría liberales, la consideraron como una ofensa, mal recuerdo de los abusos y agresiones cometidos por los chulavitas durante la violencia del medio siglo xx. Permaneció hasta el año de 1.960, cuando fue demolida a punta de mazo, en un solo día, por muchos de los dirigentes liberales y ex guerrilleros que asistieron voluntariamente al llamado del concejo Municipal de Miraflores, presidido en esa época por el Dr. Pablo Enrique Ramírez Silva con el beneplácito del reverendo Alejandro Rodríguez, párroco de Miraflores.
Al respecto el escritor Arturo Alape, en su libro El cadáver insepulto, página 302, transcribe las palabras del coronel Cuervo Araoz así: “¿y nosotros qué? Ni siquiera quieren dejar la humilde cruz que yo hice levantar en la plaza de Miraflores. Y van 17 memoriales que piden que se quite ese monumento a los soldados caídos”.
Tiempo después el gobierno de Venezuela ante la coincidencia de que la sede del mismo lleva el nombre de palacio de Miraflores, dono un busto del libertador Simón Bolívar, elaborado en mármol negro para que fuera colocado sobre un pedestal.


Con mucho cariño para que conozcamos nuestra historia.


Miryam.





viernes, 22 de junio de 2012





MAS AVES DEL JARDÍN DE GILMA MESITAS



AVES QUE HABITAN EL JARDÍN DE GILMA EN MESITAS.











CREACIÓN DEL MUNICIPIO DE PÁEZ
1.960.



GILMA PARDO TORO

FERIAS Y FIESTAS DE PAEZ
1.960



CANDIDATAS AL REINADO DE PÁEZ
FERIAS 1.960




DÍA DE LA CREACIÓN DEL CLUB SOCIAL DE MIRAFLORES
1.962.



 HERMANOS PARDO BERNAL EL MINCHO





HERMANOS PARDO BERNAL EL MINCHO
1.956



PUENTE DEL MINCHO
1.955.



AMANECER EN MESITAS, CUNDINAMARCA












ESTA SON FOTOS DEL PÁRAMO DEL SUMAPAZ, COLOMBIA, SUR AMÉRICA. 







jueves, 21 de junio de 2012


LA VIOLENCIA POLITICA EN LA REGIÓN DEL LENGUPA
1951 - 1953
Desde Miraflores hasta Tauramena y Aguaclara, no quedaba nadie en los campos. Con la orden de “Tierra Arrasada”, bombardeaban todo lo que se movía, personas, animales y a los que cogían vivos generalmente los fusilaban después de someterlos a crueles tormentos. Así ocurrió con Antonio Gutiérrez, un campesino  oriundo de Zetaquira, que había establecido una fundación que explotaba en compañía de su esposa e hijos, en el llano, cerca del río Tua, tuvo la mala suerte de encontrarse con las tropas  del ejército,  en una trocha cuando iba a recoger la cosecha de café, en una pequeña estancia que tenía cerca de Páez. Inmediatamente lo hicieron prisionero, le amarraron las manos atrás con un soga, y comenzaron a preguntarle por los Bautista, a punta de golpes y puntapiés, como el n o dio razón de los guerrilleros por los cuales le preguntaban,   tildándolo de chusmero, lo torturaron, le quitaron la piel de la planta de los pies, luego lo obligaron a caminar sobre rescoldo hirviente , al desmayarse por efecto del dolor le introdujeron una vara fuerte por debajo de la quijada, lo izaron y lo dejaron allí para escarmiento de todos en un cruce de caminos. En la entrada oriental del puente del Mincho, fusilaron  a quema ropa a Alejandro González, Rosendo Díaz y a un retardado mental.  Luego citaron a los vecinos de la vereda del Encenillo a un mandato para cavar trincheras a la orilla del río Lengupá.  En la playa del pozo del Remanso. Obedeciendo las órdenes del comandante del puesto del ejército del Mincho  se hicieron presentes: Juan Barines su esposa y 7 hijos menores,  Feliz Sosa su mujer y 10 hijos, entre los 8 y 16 años, los llevaron frente al pozo del Remanso en donde los obligaron a cavar una fosa de 1 metro de profundidad y 10 metros de largo,  los hicieron tender dentro de la zanja y allí los fusilaron, tapando los cadáveres con arena y ripio.  Esta masacre sucedió en los primeros días  de mayo, al día siguiente vino la primera creciente del río que duró tres días invadiendo la playa y los alrededores y arrastrando a su paso todo lo que encontraba incluyendo los cadáveres.
Entre tanto los hijos mayores de estas dos familias que no quisieron concurrir al mandato por temor a que los fusilaran o los tomaran prisioneros, al saber la suerte que habían corrido sus padres y hermanos, se marcharon rumbo al llano en donde ingresaron al movimiento de los Bautista, allí se convirtieron en guerrilleros y sedientos de venganza arremetían con furia, torturaban y mataban sin compasión a los que consideraban sus enemigos.
La violencia y los métodos de tortura  eran cada día más crueles y sofisticados.  Las tropas del ejército acompañados de algunos civiles conservadores que conocían muy bien las veredas y  caminos  llegaban amparados en el silencio y la oscuridad de la noche a las fincas de los liberales, incendiaban las casas con las personas adentro,  se ocultaban en los rastrojos de los alrededores y disparaban a los que lograban huir del incendio, así exterminaron a todos las habitantes, incluyendo a los animales.

En la Vereda de Cardozo, de mayoría liberal en  jurisdicción de San  Eduardo, muy cerca del Batatal, habitada por campesinos humildes y honrados,  dueños de pequeñas parcelas y  jornaleros pacíficos que habían logrado mantenerse a salvo de toda persecución,  distinguidos desde la guerra de los Mil días por su adhesión al partido liberal y  reconocidos como Gaitanistas. Razón más que suficiente para que se encontraran en la mira de los bárbaros. Fue así como pasadas las 10:00 de la noche en medio de la oscuridad  y después de dar muerte  a los perros suministrándoles veneno se acercaron sigilosamente  a las casas, más o menos unos 30 forajidos, con antorchas incendiaron al tiempo todas las viviendas  para que nadie pudieran salir.  Como la mayoría de las casas eran de techo pajizo, se armo un terrible incendió en el que perecieron calcinadas más de 40 personas; incluyendo mujeres ancianos y niños. Los habitantes del casco urbano de San Eduardo que eran mayoría conservadora contaban aterrorizados que al rayar el día  vieron llegar a los miembros de la comisión  con los uniformes encharcados y destilando sangre.

La venganza de parte de los guerrilleros y familiares en esta masacre, no se hizo esperar y tiempo después en la vereda del Morro,  Municipio de Miraflores, de mayoría conservadora,  un grupo de guerrilleros integrado por jóvenes oriundas de Páez, que viajaron durante tres días con sus noches desde el cuartel general de los Bautista en los alrededores de Monterrey, llegaron pasada la media noche  y con antorchas prendieron fuego a las casas arrasándolas con las habitantes que dormían tranquilamente. Allí sucumbieron calcinados en forma similar a los liberales de la vereda de Cardozo.  Los guerrilleros lograron burlar la vigilancia de cuatro retenes que bloqueaban las entradas debido a que conocían muy bien toda la región,  llevaron a cabo su venganza y volvieron sanos y salvos a sus cuarteles sin que las tropas se dieran cuenta. El único que sobreviviente de esta masacre fue un señor Garzón que logro evadir la furia de los guerrilleros sumergiéndose dentro de un pozuelo grande lleno de miel de caña. Allí permaneció largo tiempo hundido dentro de la miel, con tan buena suerte que los guerrilleros intentaron voltear al pozuelo y regar la miel pero como pesaba mucho desistieron de su intento.  A las 8:00 de la mañana llegó a Miraflores con la infausta noticia, de la terrible masacre, venía como ensangrentado debido a que la ropa enmelotada se le había adherido al cuerpo, quienes lo vieron creyeron que estaba herido y manando sangre.

Como respuesta al hecho anterior el comandante del ejército del puesto de Miraflores, con la aprobación de los conservadores, algunos de los cuales habían perdido familiares en la masacre, el domingo siguiente cuando la plaza de mercado estaba llena de campesinos que vendían y compraban, esta fue rodeada por las tropas oficiales que separaron a los hombres de las mujeres y estas últimas les dieron orden de evacuar e irse inmediatamente para sus casas.

Con los hombres hicieron tres filas, separándolos por edades y luego a los empujaron a culatazos a la casa donde antiguamente funcionaba la desmotadora de algodón, ubicada en la parte baja del centro urbano. Esta casa era de paredes altas y húmedas de adobe, techos de zinc, piso de cemento, tenía dos salones grandes, en donde escogían y desmotaban el algodón que en una época se cultivo y de muy buena calidad en la región. Cuando tuvieron a la mayoría de los varones de la región que en el momento eran acusados de pertenecer a la guerrilla, una vez allí debidamente identificados elaboraron dos listas, en una( llamada la lista negra)  inscribieron a los nombres de las personas que fueron señalados a dedo por los familiares de los sobrevivientes de la masacre.  Una vez incluidos en la lista todos los posibles culpables de la masacre del Morro, cuyo único  delito era ser reconocidos como liberales, los hicieron levantar a las 5:00 de la mañana del día siguiente, formaron tres filas de 10 personas, les ordenaron quitarse el calzado y prepararse para salir a trotar  un rato. 

A cada uno de los prisioneros le asignaron un soldado para que les siguiera los pasos a corta distancia, se dirigieron por el oriente camino a Páez y a la salida del pueblo les ordenaron trotar con más rapidez no sin antes advertirles que el viaje era largo y al que cayera o volviera a mirar para atrás era hombre muerto.   Al subir la cuesta de la Mocasía, el primero en caer fue un señor de 60 años llamado Roque, a quien ejecutaron en el acto mediante un disparo y su cadáver quedo tirado a la vera del camino. En el puesto de Los Pomarrosos antes de llegar a la Buenavista ya habían caído asesinados diez de los forzados caminantes, los soldados fueron relevados por otros que estaban  descansados. Así continuaron y en el desfiladero de la Buenavista cayeron dos. En el retén de Casablanca volvió a haber relevo y aún quedaba diez vivos. Cuando bajaron al retén del Mincho donde nuevamente hubo relevo quedaban siete. Entre estos vale recordar al señor Marcos Lozano, dueño de la finca situada al costado occidental del río Lengupá frente a la casa grande del Mincho, quien escoltado por un soldado con quien se conocían de tiempo atrás, y en medio del trote  cruzaron  unas palabras. Después de remontar la trocha de las vueltas y al llegar a los abismos de la quebrada Honda parece que este soldado le permitió al señor Lozano lanzarse por entre los rastrojales al fondo del precipicio en donde desapareció de la vista de  todos. A Páez llegaron tres. El comandante del puesto les pidió un reporte a los soldados quienes le informaron de la fuga del señor Lozano. El comandante les ordenó que se devolvieran a buscarlo y al no encontrar rastro hicieron prisionero al soldado que lo dejó escapar, lo amarraron semidesnudo al Samán de la plaza, lo dejaron al sol y al agua y a los tres días murió por deshidratación e insolación.

La verdad es que al lugar  a donde iban, más allá del río Upía, en el sitio llamado Filo de hambre  solamente llegó vivo Rosendo Alfonso quien fue el único que sobrevivió para contar La Marcha de la muerte.

Entre tanto el fugitivo Marcos Lozano se escapó por toda la Quebrada Honda llegando al río Lengupá y luego al Remanso por donde cogió la quebrada Palmera y por esta subió hasta el cerro del Encenillo en donde tenía una finca.  Durante un tiempo el señor Lozano estuvo escondido en el monte y venía por las noches a llevar provisiones tales como alverja, papa, miel y en la casa le cocinaba durante el día una hija que era retrasada mental, no tardaron los del ejército que estaban acampados en Casablanca de notar la presencia del fugitivo. Llegaron a su casa de él Paramo,  instalaron una bomba casera dentro del barril donde se encontraban las alverjas, de tal manera que por la noche llegó don Marco y buscó dentro del barril, hundiendo los brazos en el mismo.  Al meter las manos  la bomba explotó y le voló la cabeza.  Inmediatamente llegó el ejército cogió la cabeza, la metió entre una mochila se  la cargó a la boba y la llevó hasta Miraflores, donde la hicieron caminar por las calles del pueblo con un letrero que decía “esta es la cabeza de Pablo Bautista” un famoso guerrillero de los llanos.

Mientras tanto el sobreviviente de la “Carrera de la Muerte” Rosendo como prisionero de guerra cavaba y cavaba trincheras en todos los puestos que el ejército tenía en la región, en una de esas retornó al puesto del Mincho en donde encontró que los soldados que estaban allá acantonados, se negaban a salir después de las 6:00 de la tarde al patio del cuartel llenos de miedo, porque todo aquel que salía recibía una pedrada en la cabeza, posiblemente lanzada con una cauchera o una honda, era tal la fuerza de la pedrada que los estrellaba contra el piso haciéndolos sangrar.  Solamente el valiente Rosendo podía pavonearse por el patio de la casa sin sufrir ninguna agresión. Los soldados decían que era la guerrilla que se atrincheraba en las ruinas de la casa del Mincho y entonces decidieron dinamitar los muros que aún se conservaban después del incendio. 

Como alrededor de la casa había muchos árboles frutales resolvieron cortarlos a golpe de hacha uno por uno hasta dejar completamente libre de malezas y rastrojos el lugar. De nada sirvió esta destrucción ya que en las noches muy oscuras, después que caía una lluvia de piedras sobre el tejado de zinc de la casa, más o menos de las 10:00 de la noche en adelante se escuchaban unos gritos espantosos que hacían aullar a todos los perros de la comarca, poner los pelos de punta y la piel arrozuda a los soldados. 

Los soldados atribuían estas escenas de terror a la venganza de los muertos que habían sido vilmente acribillados en el puente y a la orilla del pozo del Remanso, algunos viajeros contaban que en noches oscuras todavía desfilan las almas pidiendo justicia.

AUTORA. ROSALINDA.

lunes, 18 de junio de 2012


HISTORIA DEL MUNICIPIO DE PAÉZ


La región comprendida entre los ríos Upía y Lemgupá, fue descubierta en el año de 1537 por el conquistador Don Nicolás de Federmann junto con otros compañeros, quienes llegaron a América   a conquistar sus tierras, merced a un convenio celebrado con el Emperador Carlos V, quien reino a la vez en  España y Alemania. Al parecer su ruta de entrada comenzó por Venezuela, descubriendo la Región de César  y siguieron por las tierras de Meta, hasta llegar a la desembocadura del Río Upía, luego remontaron la cordillera Oriental y llegaron en donde hoy está ubicado el casco urbano de Paéz.

Cuenta una leyenda que los conquistadores alemanes, en su trajinar por estas tierras encontraron una inmensa mina de oro, y allí, mediante el uso de la Fragua elaboraron herraduras, clavos y frenos de oro  para sus treinta caballos. La codicia de los conquistadores, que se negaban a permitir que otros conquistadores encontraran las minas e hicieran uso de sus riquezas, los llevó a cubrir la boca del socavón  con rocas gigantescas.

Es por eso que dichas minas no han podido encontrarse hasta el día de hoy, a pesar de las muchas expediciones realizadas con tal fin durante la época de la Colonia. La aldea que surgió al paso de los conquistadores, llevó el nombre de “La Fragua” gracias a esta leyenda.

Mucho tiempo después, durante la Campaña Libertadora dirigida por Simón Bolívar desde Venezuela, cuando se buscaban rutas para atacar a los españoles al interior del país, se dice que el General José Antonio Paéz, héroe de la llanuras Venezolanas, llegó hasta la población de La Fragua y que allí ató su caballo a un samán (árbol que se conservaba hasta el año 2012).  En recuerdo de este hecho histórico a la antigua aldea de La Fragua, se le dio el nombre de Paéz.

A mediados del siglo XIX, la aldea de Paéz, se organizó como corregimiento cuya autoridad principal era un Corregidor, que algunas veces dependió del Municipio de Campohermoso cuyos habitantes militaban en el Partido Conservador y por esta razón eran enemigos acérrimos de los habitantes de Paéz. Cuando los vecinos de Paéz, tenían que ir al casco urbano de Campohermoso, allí los sometían a ofensas y toda clase de persecuciones. Cuando el Gobierno Nacional era dirigido por el Partido Liberal, entonces Paéz dependía de Municipio de Miraflores que era de mayoría Liberal y los habitantes de este pueblo eran muy bien  tratados por sus copartidarios.

Los terratenientes de Paéz, durante las guerras civiles, organizaban pequeños ejércitos, con los jóvenes hijos de los aparceros y arrendatarios, los llevaban a la guerra autodenominándose comandantes con grados de Coroneles y Generales, desde luego que peleaban bajo las órdenes del partido Liberal.

En 1876, el General Sergio Camargo, lideró la guerra partiendo de Miraflores, así marchó hacia Tunja por el camino de Garagoa y Guateque, como buen militante del Liberalismo radical, llegó  con sus ejércitos a los conventos de las madres Clarisas y al de la Concepción del Topo en Tunja. Mediante el uso de fuetes obligaron a las monjas de clausura arrojándolas  a la calle y ordenándoles a  salir sin velo, para que fueran a tener hijos para  la Patria, hecho que puso en evidencia la orientación anti-religiosa de los Liberales Radicales. En esta revuelta participó bajo el mando del General Camargo, Don Pedro Perilla Vaca dueño de la finca El Mincho.

En 1885 hubo otra guerra civil, dirigida por los Liberales contra el Presidente Rafael Núñez, natural del Barrio El Cabrero de Cartagena, quién al principio fue un gran líder Liberal Radical, y como Ministro del Presidente Tomás Cipriano de Mosquera, llevó a cabo la expropiación de los bienes de la Iglesia. Tratándolos como bienes de “manos muertas”. Para esta época 1885 cambio de bando político, y se convirtió en un gran Conservador profundamente respetuoso de los principios de la Iglesia Católica. Dicen los historiadores, que el cambio de mentalidad de Don Rafael Núñez, se debió al gran amor que sentía por una dama de la alta sociedad cartagenera: Doña Soledad Román, quién solo le aceptó sus devaneos amorosos con la condición de que se uniera a ella  mediante el matrimonio católico.

La guerra de  1885 la perdieron los Liberales y benefició a Rafael Núñez, quien emprendió una gran represión en contra de sus antiguos copartidarios, los Liberales Radicales. Así encabezó un gran movimiento político llamado “La Regeneración” con el lema de “regeneración o catástrofe”, y con la ayuda de otros jefes conservadores, logró el cambio de la Constitución radical por una Constitución confesional, arbitraria y sometida totalmente a los principios de la religión Católica, estableciéndola como la religión del Estado. Sometiendo la educación a los dogmas de esta religión. Fue así como el Corregimiento de Paéz, volvió a quedar bajo la autoridad de los conservadores de Campohermoso y así permaneció durante la Hegemonía Conservadora que comenzó en 1886 y terminó a finales de 1930, con el triunfo del Partido Liberal, con la elección del Presidente Enrique Olaya Herrera.

Durante todo el tiempo de la Hegemonía Conservadora, el Corregimiento de Paéz volvió a quedar sumido en el atraso y sus caminos reales a los que no se les hacia ningún mantenimiento, eran verdaderas trochas al borde de los abismos en donde a cada paso se corría el riesgo de perder la vida, despeñandose por esos precipicios. Casi todas las personas eran analfabetas, porque el presupuesto era tan exiguo que no había dinero para pagar los maestros y además al Gobierno Nacional no le importaba llevar la Educación a los pueblos Liberales, puesto que el voto era restringido y solamente tenían derecho a elegir los que supieran leer y escribir.

Se llegó al caso tan aberrante que se nombraban corregidores totalmente analfabetos, ya que solo se necesitaba  ser conservador para ocupar dicho cargo.

Todos estos hechos impedían que a las Regiones Liberales de Colombia, hubiera llegado algún principio de desarrollo económico y por lo tanto permanecieron sumidas en el atraso, la ignorancia y la pobreza.

En 1930 con el triunfo del partido liberal, los habitantes de Paéz, pidieron al Presidente Olaya Herrera, mediante memoriales, que como un favor especial el Corregimiento de Paéz volviera a depender del Municipio de Miraflores, esta petición fue resuelta favorablente después de dos años. Pero en lo referente a la Notaría siguió dependiendo de Campohermoso.

En 1936, el Presidente más progresista de la época, Alfonzo López Pumarejo, creó varias escuelas rurales y en el  casco urbano. Por influencia de los Uribe Durán y para complacer al Señor León Pardo, se fundó en el Mincho la primera escuela, para que los hijos de los liberales pudieran aprender a leer y a escribir.

El Presidente López, con el apoyo del Congreso de mayoría Liberal, logró introducir  algunos cambios a La Constitución de 1886, tales como, el tratar de acabar con el Régimen de Aparcería para la tenencia de la tierra, porque pretendía pasar de un Régimen Semi-Feudal que imperaba en todo el país, al Capitalismo. En la Reforma Constitucional de 1936, propuso que a futuro se expidiera un código laboral para que regulara las relaciones entre los trabajadores y los patronos, en donde se estableciera la jornada de ocho horas y algunas prestaciones sociales. Estos cambios enfurecieron a los terratenientes y el clero, que desde esa época comenzaron a enfilar baterías desde los púlpitos contra el Presidente López y su Gobierno. Tachándolo de comunista por haber intentado dar cabida al principio de la Revolución Mexicana, que proclamaba: “La tierra debe de ser pal que la está trabajando”. También decían que era enemigo de Dios, de la familia, la tradición y la propiedad. Llegaron al extremo de predicar en los pueblos de mayoría Conservadora, que matar Liberales no era pecado, porque eran enemigos de Dios  y amigos del Demonio. Estos hechos repetidos  crearon una reacción en las personas que los escuchaban, que terminaron por atacar a los liberales por todas partes, quemar sus casas y destruir sus bienes, dando comienzo a la violencia con sus terribles consecuencias.

En 1945 el Partido Liberal se dividió en dos bandos, uno constituido por los terratenientes y los  industriales y otro con los campesinos pobres y los obreros de las ciudades, que lograron crear la primera Central de Trabajadores (CTC). El ala Liberal reaccionaria estaba comandada, por el Doctor Gabriel Turbay, el Doctor Eduardo Santos Director del Tiempo y algunos industriales. El ala progresista, a cuya cabeza estaba el Doctor Jorge Eliecer Gaitán, la clase obrera  y algunos grupos campesinos.

El Partido Conservador, se encontraba unido alrededor de Laureano Gómez, director del periódico El Siglo, quien ejercía una oposición violenta contra el Liberalismo. El Doctor Alfonzo López Pumarejo, quien fue reelegido para el periodo 1942- 1946. Doblegado por la oposición tan violenta, y ante la falta de apoyo de las clases trabajadoras, después de un golpe de Estado dirigido por algunos militares en la ciudad de Pasto, resolvió renunciar a la Presidencia y fue remplazado por el designado Alberto Lleras Camargo. Un personaje de gran inteligencia, excelente orador y hábil político, que obedecía las órdenes del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Este Presidente propuso una Reforma Constitucional, que en últimas barrio con todos los principios de la Reforma de 1936.

Se presentaron entonces tres candidatos para la Presidencia en las elecciones de 1946. Dos por el Partido Liberal: Jorge Eliecer Gaitán  y Gabriel Turbay, y Mariano Ospina Pérez por  el Partido Conservador.

El Partido Liberal a pesar de ser mayoría en todo el país, debido a la división, perdió el poder, lo que permitió el triunfo de Mariano Ospina Pérez. Este jefe conservador, tenía muy buenas relaciones con la jerarquía católica, la Federación Nacional de Cafeteros, los industriales, los terratenientes y los ganaderos.

Con el Partido Conservador triunfante, se revivieron los viejos odios, que los Conservadores tenían contra los Liberales, por algunas persecuciones y abusos cometidos por estos durante su Gobierno.

Jorge Eliecer Gaitán, recogió las banderas del Partido Liberal derrotado y comenzó una gran campaña encaminaba a obtener la unión de este Partido. Gaitán se conocía como un gran abogado penalista, un gran orador, personaje destacado por su inteligencia, a quien las masas lo seguían con delirio. Tenía mucha vocación de poder, y se perfilaba como el próximo Presidente de la República  para remplazar a Mariano Ospina Pérez.

De nada sirvieron las súplicas de Jorge Eliecer Gaitán cuando al terminar la marcha del silencio en la Plaza de Bolívar, en su famosa oración por la paz se dirigió al Presidente de la República con estas palabras: “Bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra Excelencia, interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad para la patria…”.

La situación se hizo incontrolable, el odio visceral dominaba a los miembros de uno y orto partido.

En la Región de Paéz, cayó como un baldado de agua fría la caída del  Partido Liberal. Los viejos sobrevivientes de la Guerra de los Mil Días comenzaron a pensar  muy seriamente sobre las venganzas que iban a ejercer los Conservadores y hasta algunos sacaron de sus escondites las armas con las que habían peleado en esa guerra y se convencieron que ya eran obsoletas. Los jóvenes incrédulos pensaban que esos eran tiempos pasados y tomaron  una actitud despreocupada ante el peligro que se avecinaba.  Continuaron asistiendo a sus fiestas y bailes como de costumbre, participaban en corridas de toros, cabalgatas, riñas de gallos y muchas otras diversiones.

El 9 de Abril de 1948, dos meses después de la marcha del  silencio, Gaitán cae asesinado por las balas de la reacción a la una de la tarde a la salida del  Café  el Gato Negro, ubicado en la carrera séptima frente al edificio del   Tiempo. En ese momento el pueblo Colombiano en especial el de Bogotá se levantó en armas contra el Gobierno Conservador a quien culpó de la muerte del caudillo Liberal.

Los Conservadores atribuyeron el asesinato de Gaitán al Partido Comunista. Así emprendieron una persecución implacable contra los jefes de ese partido y los liberales que habían acaudillado la revuelta en todo el país.

En 1949 comenzó la campaña presidencial para el período 1950- 1954, en donde los conservadores, después de ofender y humillar al pueblo liberal impusieron como Presidente a Laureano Gómez. La ola de violencia, llegó a la población de Paéz y sus alrededores, impuesta por los “chulavitas” que establecieron un Régimen de terror, en donde la emprendieron contra los jóvenes siendo ellos sus principales víctimas. Algunos lograron escapar de sus verdugos hacia las regiones de Monterrey, Tauramena, Agua Clara y Sabanalarga, en donde organizaron la resistencia en contra del Gobierno Conservador y los chulavitas.

En los años de 1949 a 1952, se presentó una guerra a muerte entre los guerrilleros del Llano, llamados la “chusma”  contra los chulavitas y el Ejercito Nacional. Todos los días, ocurrían terribles masacres de campesinos, se quemaban las aldeas, se ametrallaba el ganado que se encontraba en los potreros. Y con bombas caseras, se destruían los miembros de uno y otro partido.

Al fin, el 28 de Febrero de 1951, la población de Paéz fue incendiada y destruida totalmente, lo mismo ocurrió con la Casa del Mincho a la orilla del rio Lengupa. 


Autora 


Gilma Pardo Toro

AQUÍ ACEPTAMOS LA PARTICIPACIÓN DE TODOS LOS PAISANOS PARA QUE EXPRESEN LIBREMENTE SUS INQUIETUDES Y LOS CONOCIMIENTOS QUE TENGAN SOBRE LA HISTORIA, LEYENDAS, BATALLAS, PERSONAJES, PAISAJES, FOTOGRAFÍAS, VÍDEOS Y DEMÁS COMENTARIOS QUE PUEDAN INTERESAR A PROPIOS Y EXTRAÑOS.